25 de agosto de 2009

El "dibujazo" de la década de los `70

Imperdible
Se inauguró una exposición que reúne a grandes dibujantes uruguayos


Por JORGE ABBONDANZA*

Qué época. Un momento histórico a la vez oscuro y brillante. El comienzo de los años `70 fue un trecho de brutal turbulencia para Montevideo, pero en su terreno artístico fue también un relámpago.
El teatro político tuvo su gran momento, las cinematecas florecieron velozmente y el arte plástico documentó la realidad con una avidez y una puntería inusitadas, como no lo había hecho antes ni volvió a hacerlo después. La exposición "El dibujo en los años 60 y 70 en el Uruguay" que ahora puede verse en la sala del Ministerio de Transporte y Obras Públicas sobre la Plaza Matriz (Rincón 575) y que se mantendrá habilitada hasta el 16 de septiembre, de lunes a viernes entre las 9 y 18 horas, es un buen ejemplo de lo que fue aquel aletazo de las artes visuales hace treinta y pico de años.
El impacto de los dibujos fue entonces tan espectacular que María Luisa Torrens lo definió como "el dibujazo". No se trataba solamente de la intensidad de los estilos personales, sino del grado en que esas modalidades remitían a la vida de la gente, testimoniando sobre el papel las cosas graves y muy graves que sucedían diariamente. El artista plástico se convirtió así en un mensajero, poniendo sus herramientas al servicio de una función alusiva y un alcance metafórico que acompañaban los estados de ánimo -por cierto arrebatados- que la gente vivía en la calle, a medida que la situación del país se enrarecía y podía desembocar en una crisis múltiple (política, económica, social, cultural), de la que se saldría trabajosamente una larga década después.

Entonces el dibujo de los artistas dijo al contemplador unas cuantas cosas, a medida que la situación nacional -y en particular el poderío represivo del Estado- condicionaban la capacidad de maniobra de ese lenguaje. Por medios eufemísticos, recursos indirectos y sutiles interlineados, los dibujantes estamparon la realidad y lo hicieron con modalidades que hoy pueden observarse en esta muestra donde resurgen algunos de los chispazos de la época, por los cuales desfilan muchos nombres que en buena parte tienen ya una resonancia fantasmal.
A través de las cuatro décadas que han pasado, lo que sigue sorprendiendo es el virtuosismo de los jóvenes artistas de entonces, los artífices del dibujazo que podían trepar hasta una destreza académica de primer orden, como Marta Restuccia, en cuya labor queda a veces el sello de lo que fueron las emociones del momento.
Por encima del desenfado de Carlos Barea en sus vitales garabatos o del trazo aéreo de Hermenegildo Sábat en su caricatura, algunos otros dibujantes en torno a esos años iniciales de la década del 70 establecieron la admirable prolijidad del lápiz para decir al espectador lo que convenía, con especial elocuencia en los trabajos de Domingo Ferreira (fechado en 1972), Eduardo Fornasari (1972), Víctor Mesa (1971) o Jorge Satut (1974), que propone una inefable alegoría. Algunos de esos talentos, como Ferreira y Satut, han seguido activos hasta hoy a través de la docencia o de las ilustraciones en medios gráficos, pero a la distancia de tantos años aquel legado setentista cobra hoy un valor histórico que debe agradecerse al empeño del MTOP, de la responsable de su sector artístico María E. Yuguero y al especialista Enrique Gómez, que en los años 60 y 70 supo estimular el campo de la plástica montevideana a través de la Galería U y luego del Centro Uruguayo de Promoción Cultural. Ahora tiene la buena suerte de resucitar aquel período a través de esta muestra colectiva donde los montevideanos del presente pueden codearse con el pasado.
* Publicado en "El País" 25 de julio de 2009

2 comentarios:

nando corbo dijo...

felicitaciones!!, buen blog, me parece muy interesante, cundo quieras visita el mio, publico sobre arte, www.conectaarte.blogspot.com
saludos

Jaime Clara dijo...

Gracias Nando. Seguimos en contacto. Todo lo que sea difusión del dibujo será bienvenido.