23 de enero de 2014

Mona Lisa

Este poema está en los libros "Sin pecado un adorno", Editorial Argenta (Buenos Aires, 1999) y "Es inmensa la noche", Estuario Editorial (Montevideo, 2011). La ilustración es del artista plástico maragato Daniel Pérez Acosta.



Falsa
cautivante ramera
fiel consumidora
de libros, tesis e hipótesis
sin síntesis.
Déspota inquebrantable
y frágil símbolo
de una ruidosa femeneidad
absoluta e inexistente.
No hay sonrisa.
No existe el llanto.
Está allí la soberbia
de alguna mente
maquiavélica.

¿Leonardo?
El viejo Da Vinci
-excelente dibujante por cierto-
fue vilmente utilizado
con un fin
que aun no logro entender.

¿Cuánto dinero hubo
detrás de una maniobra
de dudosa moral?
¿Quién habrá sido
el ideólogo de tan misterioso plan?
Nunca se sabrá.
Ningún diario neoyorkino
tendrá la exclusiva.

Los tiempos que vendrán
te tendrán allí
inmóvil
movilizando las masas
que día tras día
se agolpan
en un régimen
de masturbación colectiva.

Los comprendo
espérame.

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