3 de abril de 2014

Por amor a un oficio de trazos agudos

Por amor a un oficio de trazos agudos



Por amor a un oficio de trazos agudos

Con una carrera casi de incógnito como caricaturista, el periodista Jaime Clara presenta hoy su muestra titulada Diestra y siniestra

  • Jaime Clara
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+ Pablo Staricco @pstaricco -Texto: -A A+
En nos segundos, Jaime Clara es capaz de trazar unas líneas sobre su Ipad que conforman un perfil incuestionable del presidente José Mujica. “Soy muy ansioso, quiero hacerlo rápido y suelo dibujar apurado” dice, aunque su discurso pausado y reflexivo parezca indicar lo contrario.
En su biblioteca digital de caricaturas, se albergan los retratos de figuras tan heterogéneas entre sí como lo son Paul Auster, Jorge Batlle, Carlos Gardel, Freud, China Zorrilla y  más, como si de la galería de un museo de historia contemporánea se tratase.
Desde que se compró el dispositivo hace dos años, el periodista maragato no ha parado de dibujar caricaturas, un oficio aledaño a su profesión que trata de ejercer diariamente desde que nació su pasión, cuando  de niño recortaba y conservaba las caricaturas publicadas en los diarios y semanarios de la época.
 Una de las primeras que guardó fue una caricatura de Atilio García hecha por el dibujante uruguayo Baltasar De Rosa. “Esa fue la primera que quise empezar a copiar. La dibujé muchas veces”, recuerda.
Hoy, ese entusiasmo por esta faceta del dibujo devino en una colección casi interminable de retratos –tanto en papel como en digital– de personajes de todas las épocas de la actualidad política y cultural uruguaya e internacional.
Gracias al año electoral y a su pasión periodística por la política, Clara decidió seleccionar una veintena de sus dibujos para armar la muestra Diestra y siniestra, que inaugurará a partir de hoy en la Fundación Fucac y que seguirá abierta por todo el mes de abril.
Si bien aclara que hasta ahora la caricatura ha sido un hobbie de ratos libres, con los años, y gracias al aprendizaje de este arte, Clara lo ha convertido en casi otro trabajo. “Hasta fines de los años de 1990 no había sistematizado esta cosa tan adictiva en mí que era la caricatura. Decidí que tenía que hacer algo con eso y empezar a aprenderlo”.
Tras sufrir el rechazo de dos o tres talleres de artistas plásticos uruguayos, encontró en el artista Guillermo Fernández un maestro con el que formó un vínculo personal de amistad y además ejercitó su técnica.  “Además de ser un ser luminoso, Guillermo tenía todo lo que yo quería: era un ilustrador de prensa, le gustaba el dibujo en papel, el humor (...) era un docente de alma, un tipo increíble”, comenta.
Gracias a las clases con Fernández, Clara señala que entendió muchos lineamientos del oficio, que luego logró cultivar  mejor al conocer a otros caricaturistas del medio uruguayo como Ombú, Arotxa, Tunda y Hogue.
El poder del trazo
Desde el lugar de su profesión diaria, el dibujante no duda en defender a la caricatura como un género periodístico tan válido como cualquier otro:    “Cuando los medios han tenido que recortar, en general lo hacen por  lo gráfico (...) La historieta y todo el dibujo de prensa se considera un arte menor”, se apena Clara.
El conductor del programa radial Sábado Sarandí indica que al tratarse de un arte efímero, la caricatura de circunstancia y coyuntura ha sido subestimada por editores o dueños de medios.
De esta forma, Diestra y siniestra –título donado por su colega radial Javier Pastoriza, aclara– está conformada por caricaturas de varias figuras políticas de Uruguay.  De acuerdo al autor, la exposición es una forma de  compartir su faceta  artística al mismo tiempo que reivindicar el peso periodístico de la caricatura.
“Es un género de opinión y editorial, probablemente el más subjetivo de todos los género periodísticos (...) Las caricaturas dicen lo que muchas veces dicen las entre líneas de los periodistas”, explica.  Para Clara, una caricatura es buena cuando despierta cierta reacción de complicidad con el lector, especialmente cuando la obra logra “decir lo que todos están pensando”, dice.
Aunque  lamenta el lugar actual que ocupa la caricatura en Uruguay, Clara indica que las redes sociales han dado una señal de esperanza para el oficio, al permitir una mayor difusión y discusión masiva del género.  En parte, la mudanza intermitente del papel al mundo digital le ha permitido compartir su obra a través de las redes sociales y así hacer más popular su faceta artística. Gran parte de su archivo se puede ver en su cuenta de Facebook así como en su blog “Arte y Caricaturas”.
Hoy en día Clara dice que es capaz de dibujar en cualquier lado, ya sea en la espera en una mutualista o en algún atasco de tránsito montevideano. Trata de hacerlo todos los días, en el papel y en su Ipad, y dice que no le llevan más de media hora, aunque algún dibujo lo ha trabajado por días.
A futuro, el periodista espera que dada la tradición caricaturista de Uruguay, los lectores encuentren una mayor presencia de este arte en los medios.
“Faltan lugares. Si hay lugares el lector viene. Me pasó con el programa cultural (Sábado Sarandí). Hoy hace 14 años que estamos y se escucha y funciona como propuesta periodística. El sistema es muy perverso. Hay que tener paciencia”, concluye.

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