15 de mayo de 2014

Filosofía demasiado barata

Esta nota salió hace algunos años en el diario Primera hora de San José. Quizás la cantidad de actuaciones en Buenos Aires haya cambiado, pero la esencia es la misma. 

La poesía de Arjona

Respeto los sucesos populares. Hay que reconocer que si un artista es capaz de movilizar al público de la manera que lo hace Ricardo Arjona, es un fenómeno de comunicación entre un cantante y su público que hay que atender. Por algo será. Y está bien que millones de personas compren los discos de Arjona, que en estos días canta en Montevideo. Pero cantidad no necesariamente es calidad.

Por Jaime Clara Corría el mes de setiembre. El guatemalteco Ricardo Arjona tenía previsto brindar un par de recitales en el gimnasio “Luna Park” de Buenos Aires. La demanda de entradas fue tal que terminó realizando treinta y ocho. Sí, leyó bien, 38, que a siete mil asistentes por función hace un total de 266 mil personas que pagaron su entrada para conmoverse por las canciones almibaradas que ha escrito Arjona en más de treinta años de carrera. La gira para difundir su disco “Adentro”, comenzó en mayo y está cercana al millón de espectadores.

Ricardo Arjona nació en Guatemala en 1964. Fue jugador de básquetbol de gran suceso en su país. Mide 1.98 m. Una pena que no haya seguido practicando ese deporte porque luego se dedicó a cantar y a componer. Viajó por América Latina y recaló en Buenos Aires donde fue músico callejero. Dice que fue hippie. Hoy vive a mitad de camino entre Miami, México, Guatemala y de vuelo en vuelo. Confesó que le gusta escribir sus canciones en los aeropuertos. Se nota.

También es mi primera vez
pondré el concierto de Aranjuez
para relajarnos juntos
también es mi primera vez
siente como tiemblo ya ves
tuve sexo mil veces pero nunca hice el amor
(“Primera vez”)

Son pocas las palabras que riman con “vez”, así que Arjona no tuvo mejor idea que poner la música del Concierto de Aranjuez en esa cita de debut sexual, no porque le gustara la bella melodía de Joaquín Rodrigo, sino porque necesitaba la rima.

Pero no es el único problema que tiene el guatemalteco con las rimas.

No es ninguna aberración sexual
Pero me gusta verte andar en cueros
El compás de tus pechos aventureros
Victimas de la gravedad
(“Desnuda”)

Historia, historia
Tan añeja como el vino del abuelo
Tan absurda como un árbol sin suelo
(“Historia”)

Cacho Castaña, si bien no es un cantante que me entusiasme demasiado, hay que reconocer que es un reconocido letrista. Basta pensar en “Café La Humedad” o “Garganta con arena”, por nombrar solo dos de sus creaciones más populares. Alguien dirá que tiene otras creaciones como “Quieren matar al ladrón”, pero claro, no eran canciones pretendidamente profundas. Sobre Arjona, en una entrevista en el diario Clarín, Castaña fue contundente. "¡¿Cómo me comparás con Arjona?! Arjona y laputaqueloparió. Dejensé de joder con Arjona, che. Hizo 40 Luna Park... ¡No lo debe poder creer ése! Tendría que levantar las manos al cielo y agradecer... Además, escribe como el culo. Escribe mal. Dice que Jesús es un verbo. No entiende nada de gramática: ¿Jesús es un verbo? Flaco, ni se te ocurra compararme con ese tipo... “

“Vuelve Arjona. Y las que están locas de la vida son las cuarentonas ilusas que todavía no perdieron las esperanzas” escribió el periodista Gustavo Escanlar en su columna en un portal de internet. Es que  “Señora de las cuatro décadas” se transformó en una de las canciones emblemáticas del guatemalteco, donde eligió un público generalmente olvidado de las canciones de amor: esas cuarentonas que creen que nada está perdido. Pero esta canción, pretendidamente de amor, roza, en algunos versos, el mal gusto.

Señora de las cuatro décadas
Permítame descubrir
Que hay detrás de esos hilos de plata
Y esa grasa abdominal
Que los aeróbicos no saben quitar
(“Señora de las cuatro décadas”)

¿Dónde está el recurso literario -o el romanticismo- en en una relación donde uno le dice al otro, “esa grasa abdominal”?

Tu reputación son las primeras seis letras de esa palabra
Llevarte a la cama era mas fácil que respirar
Tu teléfono es de total dominio popular
Y tu colchón tiene mas huellas
Que una playa en pleno verano
Has hecho el amor mas veces que mi abuela
Y aun no acabas ni la escuela
Y aun sabiendo que no eres el mejor partido
Dime quien puede contra Cupido
Y si es que yo no he sido un monje
Porque voy a exigirte que seas santa
(“Tu reputación”)

El cantante se alzó ante las críticas. Dijo que, más que golpearlo, le "dan tristeza", sobre todo cuando van dirigidas a "alguien porque le está yendo bien". "En definitiva, lo siento como un enorme síntoma de envidia pensar que lo popular pueda ser malo. Me molesta también cuando dicen que yo estoy metido en el marketing. Qué va... no soy un matemático de la emoción: jamás, lo juro, planifiqué una canción para lograr impacto".

Para Arjona no hay temas prohibidos siempre y cuando se encuentren en el universo femenino. Así, en su último disco, la menstruación es centro de una de sus creaciones. “Contra lo que puedan decir mucho, esa canción me resulta una de las mejores que escribí. Y si me dicen que es básica, pues no está mal. Yo eso lo hago bien. Por ejemplo, “De vez en mes” una cigüeña se suicida me parece la frase más hermosa del disco. Me emociona, es linda. Y ojalá puedas describir qué cara pongo cuando digo ‘linda’”, confiesa el autor.

De vez en mes con tu acuarela
Pintas jirones de ciruelas
Que van a dar hasta el colchón
 (...)
De vez en mes
La cigüeña se suicida
Y ahí estas tú tan deprimida
Buscándole una explicación
De vez en mes
Tú me propones
Huelga de hambre
Yo algo de imaginación.
(“De vez en mes”)

Detrás de todo fenómeno popular hay algo que debe explicarlo. Quizás quienes sigan a Arjona se sientan conmovidos con su voz, con las melodías o directamente con sus letras. Y está perfecto que lo sigan y se conmuevan. La libertad es libre. Seguramente su seducción está por encima de su arte. Respetando todas las opiniones, permítaseme decirlo: no soporto a Ricardo Arjona. 

2 comentarios:

Santiago Torres Destéffanis dijo...

Tomando tu frase final, "somos muchos más que dos".

Santiago Torres Destéffanis dijo...

Tomando tu frase final, "somos muchos más que dos".